Este lugar en la foto es un bello mirador en Jope, donde se encuentra este enorme monumento al que le llaman “El arco de la fe”. El escultor quiso plasmar tres hechos importantes de La Biblia; arriba, un grupo de hombres y debajo de cada uno un “Shofar”, cuernos que hicieron sonar en la ultima vuelta a la ciudad de Jericó, y Dios le entrego la ciudad, solo por la obediencia de ellos.
La columna de la derecha es la prueba impresionante de la fe de Abrahán al obedecer a Dios al entregar a su hijo en sacrificio, a pesar de las promesas dadas sobre él. Este hecho nos recuerda el amor de Dios dando a Su único hijo para salvación de todos.
La columna de la izquierda representa la lucha de Jacob con el ángel de Dios en Peniel. En esta lucha culmina la obra de Dios en su vida llegando a trasformarlo, de tal manera que no vuelve a ser Jacob, (usurpador), pasando a llamarse Israel, (el que lucha con Dios). Una lucha de dependencia y ruego de bendición hasta dejarlo marcado con una cojera, por que ya no volvió a ser el que era…
Vamos a retornar a esta ciudad de Jope, y a los personajes relacionados con ella. El apóstol Pedro, hombre integro y de carácter vehemente, no en vano pertenecía a los celotes. A partir de Pentecostés (Shavuot) sus ojos fueron abiertos a muchos descubrimientos y uno de ellos es el que nos narra la Biblia en Hechos 9:43: Y aconteció que se quedó
muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor,,. De acuerdo con la ley del Antiguo Testamento, el trabajo de Simón le hacía ceremonialmente impuro debido a que trabajaba las pieles de los animales muertos (Levítico 11:39–40), además que debía ser especialmente desagradable el olor que despedía la persona y el ambiente. En tales circunstancias descubrimos a Pedro viviendo en casa de esta persona. Quizás el Espíritu Santo, (Ruaj Kodesh), tuvo que trabajar en la vida de Pedro y esto ser el preludio para lo que le tenía que acontecer.
En la cercana Cesarea marítima vivía Cornelio, centurión romano; este y sus hombres formaban parte de la gran legión “Romana” y estaban establecidos en la capital romana de Judea, Cesarea Marítima. Hombre que había conocido las Escrituras, y descubierto que: Dios uno es, y la Palabra lo define como “Hombre temeroso de Dios”. Cornelio tuvo una visión donde se le decía que Dios había escuchado sus oraciones, había observado sus obras piadosas y que debía enviar por Pedro a Jope para que le dijera lo que debía hacer (Hechos 10:1–6).
Mientras los criados y uno de los soldados de Cornelio, que eran temerosos de Dios se acercaban a Jope, Pedro se encontraba orando en la azotea de la casa de Simón y, estando en trance, vio un gran lienzo atado de las cuatro esquinas que bajaba hacia él desde el cielo, lleno con toda clase de animales, incluyendo reptiles y aves. «Mata y come»…, Pedro tuvo que rechazar completamente asustado, eran impuros… “Lo que Dios limpio, no lo llames tú común” (versículos 9–15). De nuevo resulta curioso observar cómo ocurrió esto tres veces, (un día hablaremos del la importancia del numero 3 en la Biblia), pero necesitó esa insistencia para entender y obedecer, Pedro descubrió y entendió el mensaje y unos versículos después lo confirma: “a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (versículo 28).
A solicitud de los criados de Cornelio, Pedro y algunos de los discípulos de Jope acudieron a su casa. Allí Pedro reconoció que Dios estaba abriendo la puerta de la salvación a los gentiles, como había hecho con los judíos. Allí se encontraba un hombre temeroso de Dios con sus familiares y amigos cercanos, ansioso por conocer lo que Dios les pediría que hicieran, y obedecerlo (versículos 24–33). Mientras Pedro les transmitía el mensaje acerca de la vida, muerte y resurrección de Jesús, el Espíritu Santo, (Ruaj Kodesh) vino sobre ellos. Pedro supo de inmediato lo que estaba sucediendo, pues no dudó en recordar lo que le había ocurrido en Pentecostés, (Shavuot) alrededor de 10 años atrás, cuando el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles. En ese mismo día Cornelio y los suyos recibieron el bautismo. Como ocurrió con los apóstoles y los testigos judíos del ministerio de Yesua (Jesús), este centurión gentil se había convertido en un hijo de Dios (versículos 34–48).
Cuando Pedro regresó a Jerusalén, los seis discípulos que le habían acompañado a Cesarea fueron testigos de lo ocurrido. Allí el apóstol se encontró con la oposición de algunos de los creyentes judíos, quienes le acusaban de haberse profanado a sí mismo al comer con los romanos gentiles.
Pedro y sus testigos contaron su historia y convencieron a la iglesia de Jerusalén que Dios en realidad había dado cumplimiento a Su propósito y que la redención seria universal, poniéndola de esta forma a disposición de toda la humanidad, el cumplimiento de la universalidad de la salvación. Fue
un paso importante para cumplir con el mandamiento que Yesua (Jesús) les había dado a Sus discípulos: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:19–20).
Creo que nos quedaría una tercera parte, para llegar a tener una idea de la importancia de Jope en toda la historia bíblica, pero lo importante es descubrir que hombres como Jonás o Pedro, llegaron a ser transformados totalmente por el poder del Espíritu Santo, (Ruaj Kodesh). Que seamos capaces, de ser inspirados por estos hechos y buscar la dependencia y obediencia a Dios.
AMEN